Trastorno esquizotipico de la personalidad

El trastorno esquizotípico es un tipo de trastorno de la personalidad que el DSM IV TR clasifica dentro del grupo A (desórdenes raros o excéntricos). Las personas que lo padecen tienen un patrón de déficit social o interpersonal con una gran disminución de la capacidad para las relaciones personales. Además tienen distorsiones cognitivas y de pensamiento y un comportamiento excéntrico.
Descripción
No debe confundirse este trastorno con la esquizofrenia. Aunque tienen cierta relación ya que este trastorno aparece con más frecuencia en personas con familiares esquizofrénicos, la diferencia fundamental es que las personas con trastorno esquizotípico de la personalidad no presentan alucinaciones y delirios (no han desconectado de la realidad). 1
A pesar de ello, las personas con este trastorno pueden estar muy perturbadas y lo manifiestan en su comportamiento, en sus relaciones interpersonales, en su apariencia, en su forma de hablar y en ideas extrañas de tipo paranoide que no llegan a cumplir criterio de delirio. Comúnmente, las personas que padecen un trastorno esquizotípico de la personalidad también cumplen criterios de un trastorno paranoide de la personalidad.
Las creencias inusuales que suelen tener los pacientes con este trastorno de personalidad son comúnmente paranoides, como que el gobierno le está vigilando de cerca, o que mantienen una estrecha comunicación con extraterrestres. Esto les lleva a conductas extrañas como el aislamiento, controlar lo que comen, fabricar aparatos que piensan que les ayudan a combatir al enemigo de sus creencias (un ejemplo estereotípico son los gorritos con papel de aluminio), etc.
Síntomas
• Incomodidad en situaciones sociales
• Mostrar sentimientos inapropiados a la situación.
• Ausencia de amigos cercanos.
• Comportamiento y/o apariencia extraños.
• Creencias, preocupaciones y fantasías extrañas.
• Habla extraña.
Uno de los síntomas similares a una esquizofrenia es la forma extraña de hablar. En esta forma de hablar se manifiesta de forma indirecta la desorganización lógica de ideas que le preocupan. Por ejemplo, utilizar términos inapropiados, pomposidad del habla, descarrilamiento de ideas, desconexión lógica entre ideas…
Diagnóstico según DSM IV
Según criterios DSM-IV:
A. Un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes puntos:
1. Ideas de referencia 3 (excluidas las ideas delirantes de referencia).
2. Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales (p. ej., superstición, creer en la clarividencia, telepatía o “sexto sentido”; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extrañas).
3. Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales.
4. Pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial, metafórico, sobreelaborado o estereotipado).
5. Suspicacia o ideación paranoide.
6. Afectividad inapropiada o restringida.
7. Comportamiento o apariencia raros, excéntricos o peculiares.
8. Falta de amigos íntimos o de confianza aparte de los familiares de primer grado.
9. Ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo.
B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico o de un trastorno generalizado del desarrollo.

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