DUELO EN EL ANCIANO
Todos sufrimos distintas y múltiples pérdidas durante el transcurso de la vida. Es inevitable ante estas situaciones atravesar un proceso de duelo.
El duelo es un sentimiento subjetivo que aparece tras la muerte de un ser querido.
Luto o sentimiento de pérdida son términos que normalmente se utilizan en lugar de la palabra duelo. El sentimiento de pérdida se relaciona con el estado de sentirse privado de algún ser querido que ha fallecido. El luto es el proceso que nos permite la resolución del duelo.
El duelo es considerado como un síndrome porque la persona presenta determinada manifestaciones y síntomas. La forma de expresar el duelo, está estrechamente relacionada con la cultura a la que pertenezcamos, a las situaciones que rodean la pérdida, a la edad de la persona que fallece, la situación vital, si se trata de una muerte anticipada o repentina. Esta va abarcar distintos tipos de emociones, tales como llanto, negación, aturdimiento.
El trabajo del duelo es un proceso psicológico complejo de deshacer los lazos contraídos y enfrentarse al dolor de la perdida.
Al hablar de duelo no podemos dejar de citar a Sigmund Freud, quien compara la melancolía con el duelo en sus escritos de “Duelo y Melancolía” (1915-1917), el duelo, no se considera una conducta patológica ya que la inevitable tristeza por pérdidas afectivas no se consideran una patología, se supera con el paso del tiempo.
La melancolía sería equivalente a un duelo patológico. En este caso se produce ante una pérdida que puede o no ser real, se provoca un estado de animo deprimido, desinterés por el mundo externo, auto reproches, auto denigración, insomnio, productividad inhibida.
La persona siente un vacío interno. En el duelo el objeto amado ya no existe más.
Sentimientos de inutilidad, deterioro en el funcionamiento, y retardo psicomotor, sugieren un cuadro depresivo grave.
En personas deprimidas, el riesgo que se corre a que presenten conductas o ideas suicidas, es mocho más alto y más duradero que en personas que atraviesan el duelo normalmente.
El duelo en el anciano, es similar al del niño, debido a que en la senectud se produce una vuelta a la dependencia. Esto produce una disminución de la capacidad para el duelo. La dependencia que presenta el anciano lo lleva a desarrollar conductas no patológicas y adaptativas a la pérdida.
También necesitan un sustituto que les brinde seguridad, ya que la pérdida de la persona querida amenaza ésta seguridad. No obstante, en otros casos, no parece haber un intento de búsqueda de sustituto, presentándose conductas autodestructivas, en un aparente intento de reunión con la persona perdida, sin mostrar signos de dolor por esta pérdida.
El anciano en condición de dependencia, parecería estar más preparado para su propia muerte que la del objeto de su dependencia.
La ancianidad presenta más dificultades para elaborar el duelo y tienden a reaccionar con manifestaciones somáticas.
LA VIUDEZ
Desde el punto de vista psicológico, la soledad es más un sentimiento que un concepto objetivo. El sentimiento de soledad es personal e íntimo, pero incluye la respuesta de mas personas y circunstancias que rodean al individuo que se siente solo. La viudez es la ruptura del eje fundamental de la familia que es la pareja.
Otro problema es la burocracia, el viudo se encuentra entramado de gestiones, no siempre comprensible, como es el arreglo de los papeles para cobrar las pensiones, la búsqueda de medicamentos por la obra social, etc. Y si no tiene familiares esta tarea es más ardua aun.
La soledad del viudo se agrava por la dependencia económica. Si el anciano que queda viudo padece alguna enfermedad, puede tener más dificultades para superar este estado. Las enfermedades invalidantes agravan la soledad del viudo, pues tras el fallecimiento del cónyuge se encuentra con que no puede desarrollar los mecanismos de relación que puede poner en marcha en viudo sano. Es decir, mientras se encuentra postrado pero acompañado, se sobrelleva la enfermedad de manera mas fácil que cuando queda solo.
Dentro de una terapia convencional (se recomienda) un terapeuta que trabaje intentando animar a la persona que sufre el duelo a que exprese sus sentimientos de pérdida y los sentimientos hacia la persona fallecida. Es muy importante que se le proporcione apoyo emocional a la persona, tanto de parte del terapeuta como de la familia, y amigos.
Es de carácter fundamental que los hijos, dentro de sus posibilidades, comprendan que la soledad en la que queda su padre o su madre, es muy dura de llevar, por esto es necesario que traten de aliviarla y ayudarla a superar ésta pérdida. Estas situaciones tienen distintos aspectos personales.
En ocasiones los hijos, toleran mal el sufrimiento de los padres y pretenden evitarlo a toda costa, pero hay que comprenden que hay un tipo de sufrimiento completamente inevitable, que es las pérdida de la persona, con la que llevó gran parte de su vida, la madre o padre de sus hijos,.
La reprecisión que tendrá la pérdida de su cónyuge dependerá, en gran medida, del grado de dependencia que hubo entre ellos, Cuanto más haya sido su compañerismo más grande será su dolor.
La terapia grupal permitirá:
• Disminuir la ansiedad, la depresión y el dolor físico.
• Mejorar la adaptación al medio.
• Aumentar la autoestima.
• Aumentar la auto eficacia
• Estimular la esperanza.
• Una visión diferente y positiva de la realidad
• Descubrir nuevos recursos para enfrentarse a éste problema.
• Enfrentar el duelo, pero en compañía de otros, de los cuales se recibirá apoyo
• Identificarse con otras personas que atraviesan por problemáticas similares.
• Estar acompañado y no sentir soledad.
• Reforzar la capacidad de manejo y resolución de los problemas.
“…El duelo no es un movimiento natural de sensibilidad privada; es un deber impuesto por el grupo…”(Durkheim, Les formes êlementaires de la vie religiuse, Paris 1925)
Tambien dice:”… La representación del alma como espíritu dañino en el tiempo, que sigue inmediatamente después de la muerte, no hace más que traducir el estado de abatimiento y de angustia que aflige al grupo social…””… Para poder dar razón del duelo, ellos (los hombres) prolongaron la existencia del alma más allá de la tumba…” Es olvidar, sin embargo, que esa alma corresponde a algo bien real para la mentalidad mística.