La violencia de pareja es un fenómeno complejo que afecta a personas de todas las edades, géneros, orientaciones sexuales y contextos socioeconómicos. Se define como cualquier acto de agresión física, sexual, psicológica o emocional perpetrado por una de las partes dentro de una relación íntima. Esta forma de violencia puede tener graves consecuencias tanto para la víctima como para el agresor, así como para cualquier persona expuesta a dicha violencia, como hijos u otros miembros de la familia.
La personalidad violenta es un factor importante a considerar en el estudio de la violencia de pareja. Si bien la violencia puede manifestarse en personas con diversos tipos de personalidad, ciertos rasgos y trastornos de la personalidad pueden aumentar el riesgo de comportamientos violentos. Entre estos rasgos se incluyen la agresividad, la impulsividad, la falta de empatía, la incapacidad para manejar el estrés y los conflictos de manera constructiva, y la dificultad para regular las emociones negativas.
Esta introducción proporciona un marco general para comprender la relación entre la violencia de pareja y la personalidad violenta. En este documento, exploraremos más a fondo cómo los rasgos y trastornos de la personalidad pueden contribuir a la violencia en las relaciones íntimas, así como las implicaciones para la prevención e intervención en estos casos.