La «Dieta de EAT-Lancet», también conocida como la «Dieta Planetaria», es un marco dietético propuesto por un grupo de científicos internacionales en un informe publicado en enero de 2019 en la revista The Lancet. El objetivo principal de esta dieta es promover la salud humana y al mismo tiempo abordar los desafíos ambientales, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.
Esta dieta se basa en un enfoque principalmente basado en plantas y recomienda un consumo bajo en carnes rojas y azúcares añadidos, y un consumo más alto de frutas, verduras, nueces y legumbres. Se ha diseñado para ser sostenible desde el punto de vista ambiental y tiene como objetivo equilibrar las necesidades humanas con la capacidad de la Tierra para producir alimentos de manera sostenible.
Algunos de los principios clave de la Dieta Planetaria incluyen:
- Mayor consumo de alimentos de origen vegetal: Frutas, verduras, legumbres, nueces y granos enteros deben formar la base de la dieta.
- Reducción del consumo de carne: Especialmente carnes rojas y procesadas, que tienen un alto impacto ambiental.
- Sostenibilidad ambiental: La dieta se ha diseñado para tener un bajo impacto ambiental, promoviendo prácticas agrícolas sostenibles y la conservación de recursos naturales.
- Promoción de la salud: La dieta busca mejorar la salud humana al reducir el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y obesidad.
- Equidad global: Se reconoce la necesidad de adaptar la dieta a diferentes contextos culturales y económicos en todo el mundo, pero con un enfoque en la equidad y la sostenibilidad global.
La Dieta Planetaria ha generado un debate considerable en la comunidad científica y entre el público en general. Algunos elogian su enfoque integrado en la salud humana y el medio ambiente, mientras que otros cuestionan la viabilidad y la aceptabilidad cultural de adoptar este tipo de dieta a nivel mundial.
Es importante tener en cuenta que, aunque la Dieta Planetaria ofrece un marco útil para discutir la relación entre la dieta humana y la sostenibilidad ambiental, la implementación efectiva de sus principios requerirá políticas, acciones y cambios en múltiples niveles, desde el individual hasta el global.