El avance de los estudios científicos está poniendo de manifiesto de forma cada vez más clara la relación existente entre el binomio salud y alimentación. Hasta hace poco, los principales estudios se centraban en los efectos de los nutrientes, es decir, hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas y minerales. Sin embargo, los alimentos se caracterizan por ser mezclas complejas, no sólo de nutrientes, sino también de otros componentes que se engloban en un grupo heterogéneo llamado ‘no nutrientes’ que están siendo estudiados en la actualidad, como muchos fitoquímicos con supuesta acción antioxidante.
El término antioxidante hace referencia a la actividad que numerosas vitaminas, minerales y otras sustancias fitoquímicas tienen sobre sustancias consideradas como nocivas, llamadas radicales libres. Los radicales libres pueden reaccionar químicamente con otros componentes de las células (oxidándolos) alterando su estabilidad y funcionalidad. ¿Cuáles son las propiedades de los antioxidantes? Existe una considerable cantidad de estudios científicos a nivel químico, de cultivos celulares y en animales que indican que los antioxidantes pueden ralentizar o posiblemente prevenir el desarrollo de algunas enfermedades, como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares, y otras degenerativas, como el alzhéimer o el propio envejecimiento. Sin embargo, la información de ensayos clínicos recientes, realizados en personas, es mucho menos clara. Por ejemplo, los estudios sobre antioxidantes y cáncer, hechos en poblaciones en los años 90, llegaron a conclusiones divergentes dependiendo del tipo de población que se estudiaba. Muchos estudios se hicieron con suplementos de antioxidantes, a dosis muy superiores a las presentes en una alimentación variada y equilibrada, mostrando resultados inconsistentes que no eran extrapolables a una alimentación variada y equilibrada.
Hace algunos meses, la EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) publicó su opinión sobre la evidencia científica actual que relaciona la acción antioxidante con beneficios sobre la salud y su conclusión es que no existe evidencia suficiente para hacer tal relación. Evidentemente esto ha causado un gran revuelo en la comunidad científica internacional. Sin embargo, que la relación de causa-efecto entre el consumo de antioxidantes y el beneficio relacionado con la actividad antioxidante o sus propiedades no esté del todo clarificada, no significa que una alimentación rica en antioxidantes no sea recomendable. Al contrario, lo es