Existe una gran variedad de cafés en función de su origen y propiedades organolépticas. Las dos principales variedades son la variedad arábica, apreciada por su sabor más suave, aromático y sus notas de acidez y la variedad robusta de un perfil más amargo y con cuerpo. La concentración de cafeína en la variedad arábica es aproximadamente la mitad que en la variedad robusta. Con semejante variedad, las mezclas de cafés o “blends” dan lugar a una inmensidad de perfiles de taza que se adecuan a los gustos de cada consumidor alrededor de todo el mundo.
Las propiedades de una bebida tan universal como el café han sido estudiadas en profundidad a lo largo de los años ya que el café no solo es apreciado por su aroma y sabor, sino también por sus propiedades estimulantes, tanto para el cuerpo como para la mente, y es que el café ayuda restaurar y mantener el estado de alerta, además de mejorar la concentración y el rendimiento.
Muchas son las creencias que se han desterrado acerca del café, entre ellas se ha demostrado que el café no interfiere en la absorción de determinados minerales como el calcio. Además su bajo contenido calórico, entre 2 y 6 calorías por taza, hace que no sea un problema para aquellos que quieren mantener la línea.
En términos generales se considera que un consumo diario moderado, entre 3 y 5 tazas al día, no tiene contraindicaciones en personas sanas. No obstante, para aquellos que la cafeína puede suponer un problema, existe también el café descafeinado. Sin embargo, nos podemos preguntar: ¿mantiene el café descafeinado sus propiedades organolépticas cuando se somete a un proceso de descafeinación? Depende del proceso de descafeinación al que sean sometidos los granos de café. Si la descafeinación se hace con agua, siguiendo un proceso 100% natural, la respuesta es sí, pero si la descafeinación se hace empleando disolventes químicos para extraer la cafeína del grano, entonces pueden quedar sabores residuales del proceso de descafeinación y el sabor y aroma del café puede verse afectado.
La descafeinación con agua, un proceso 100% natural, que no afecta a las propiedades del café
El café descafeinado sigue el mismo recorrido que el que contiene cafeína hasta el momento de su descafeinación. Tras la recogida de las cerezas de café en los países de origen y el posterior secado y despulpado, los granos de café son enviados para su tratamiento en plantas de descafeinación y es a partir de aquí cuando los granos de café que van a ser descafeinados emprenden un camino diferente a los que contendrán cafeína.
Dado que la cafeína es soluble en agua, el proceso de descafeinación más natural consiste en emplear precisamente agua para descafeinar los granos de café. El café arábica tiene aproximadamente la mitad de cafeína que el café robusta y por tanto, los parámetros del proceso de descafeinación variarán en función de la mezcla de cafés que se quiera descafeinar.
El proceso de descafeinación con agua empieza por someter el café a un flujo de agua caliente para que casi la totalidad de la cafeína se desprenda del grano. Una vez extraída la cafeína, los granos de café se someten a una corriente de aire caliente que evapora el agua utilizada en el proceso anterior. Posteriormente, en la parte de reincorporación se reincorpora a los granos de café el resto de materias orgánicas que se habían desprendido con la cafeína. Una vez concluido este proceso y recuperada la humedad habitual del café, los granos de café ya descafeinados estarán listos para la torrefacción, proceso en el que se emplean los mismos métodos que en el café no descafeinado.
La descafeinación con agua es un proceso natural que no utiliza productos químicos y que preserva de manera óptima las propiedades organolépticas del café. Por el contrario, otros métodos más frecuentes que utilizan disolventes químicos como el cloruro de metileno o acetato de etilo, pueden dejar sabores residuales que si afectan al sabor y aroma final del café.
Ya sea con cafeína o sin ella, lo mejor del café es el momento de tomarlo. Es igual si es corto o largo o si lo tomas solo o en compañía Lo importante es disfrutar de cada sorbo y de ese sabor y aroma inconfundible que, lejos de aburrirnos, nos hace volver a él todos los días.