La diabetes en la población pediátrica presenta desafíos únicos, especialmente durante la adolescencia, debido a los cambios físicos, emocionales y sociales que experimentan los adolescentes. Aquí hay algunos riesgos específicos para los adolescentes con diabetes:
- Control glucémico deficiente: Durante la adolescencia, es común que los adolescentes tengan dificultades para mantener un buen control glucémico debido a cambios hormonales, aumento de la independencia en la gestión de la diabetes y posibles comportamientos de riesgo, como la falta de adherencia al tratamiento o una dieta poco saludable.
- Complicaciones a largo plazo: El control deficiente de la glucosa en la sangre durante la adolescencia puede aumentar el riesgo de desarrollar complicaciones a largo plazo de la diabetes, como enfermedades cardiovasculares, neuropatía, enfermedad renal y problemas oculares.
- Problemas psicosociales: Los adolescentes con diabetes pueden experimentar estrés, ansiedad, depresión y problemas de autoestima relacionados con su condición de salud. La necesidad de ajustarse a un régimen de tratamiento continuo, la preocupación por el futuro y la percepción de ser diferentes de sus pares pueden afectar negativamente su bienestar psicológico.
- Riesgos de hipoglucemia e hiperglucemia: Los adolescentes pueden ser más propensos a experimentar hipoglucemia o hiperglucemia debido a comportamientos como saltarse comidas, hacer ejercicio sin tener en cuenta la diabetes o consumir alcohol sin supervisión. Estos episodios pueden ser peligrosos y requerir una atención médica urgente.
- Adherencia al tratamiento: Durante la adolescencia, los adolescentes buscan independencia y pueden ser menos propensos a seguir las recomendaciones de tratamiento y cuidado personal relacionadas con la diabetes. Esto puede llevar a un control glucémico deficiente y aumentar el riesgo de complicaciones a largo plazo.
Es importante que los adolescentes con diabetes reciban un apoyo integral que aborde tanto los aspectos médicos como los psicosociales de su condición. Esto puede incluir educación sobre la diabetes, apoyo emocional, asesoramiento sobre el manejo del estrés y la adherencia al tratamiento, y la participación activa de los padres, cuidadores y profesionales de la salud en su atención.