La leche materna es un fluido biológico producido por las glándulas mamarias de las mujeres después del parto. Es la principal fuente de nutrición para los bebés durante los primeros meses de vida y proporciona una amplia gama de beneficios para la salud.
La composición nutricional de la leche materna contiene una mezcla equilibrada de nutrientes esenciales, incluidos carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Es rica en grasas saludables, incluidos ácidos grasos omega-3, que son esenciales para el desarrollo cerebral del bebé.
La leche materna proporciona nutrientes esenciales, promueve la protección inmunológica contra enfermedades, facilita la digestión, fortalece el vínculo emocional entre la madre y el bebé y está asociada con beneficios a largo plazo como la reducción del riesgo de presentar diversas enfermedades.
A nivel mundial, las organizaciones de salud recomiendan la lactancia materna durante los primeros seis meses de vida, seguida de su continuación con la introducción gradual de alimentos complementarios.
Las madres vegetarianas deben asegurar la obtención de nutrientes esenciales para su propia salud y para la producción de leche de calidad. Se pueden incorporar estos nutrientes a través de fuentes como legumbres, frutas, verduras, frutos secos, semillas, cereales integrales, productos lácteos (si los consumen), y suplementación de la vitamina B12.
En el caso de que la madre no pueda ofrecer lactancia, hay opciones de leches de fórmula libres de ingredientes de origen animal. Algunos ingredientes comunes en estas fórmulas pueden incluir proteínas de soja, proteínas de arroz, aceites vegetales y otros nutrientes derivados de plantas.