La metionina es un elemento importante para la formación de los cartílagos Para la formación del cartílago cuenta también el aminoácido metionina. La metionina es un aminoácido esencial. Lo que significa que no puede ser producido por el propio cuerpo humano, sino que debe ser ingerido con los alimentos.
La metionina es considerada un elemento importante y es conocida como «donante de azufre» El azufre tiene la virtud de ayudar a las personas con problemas en las articulaciones, ya que para la formación de la estructura del cartílago se necesita algo: azufre. Si el cuerpo carece de azufre en cantidad suficiente, no produce problema alguno a largo plazo en personas sanas. Algo muy diferente es el caso de los enfermos de artrosis. Desde el comienzo de la enfermedad, la falta de azufre puede impedir una buena cicatrización del tejido del cartílago. En investigaciones recientes se ha demostrado que el cartílago de las personas sanas posee aproximadamente tres veces más azufre que el cartílago de los pacientes de artrosis. En consecuencia, se recomienda que se tome una ingesta complementaria de azufre a través de la toma de metionina. Otro problema: muchos fármacos forman sulfato, es decir, las sales del ácido sulfúrico. Esta es también la razón por la que la demanda de azufre para los pacientes con artritis es particularmente alta. Ahora bien, no se puede tomar «azufre» tan fácilmente en la forma de un suplemento nutricional; se ha de tomar el aminoácido metionina. De éste se pueden crear, especialmente en combinación con las vitaminas B, casi todos los compuestos que contienen azufre. Y por ello la metionina es de especial importancia para los siguientes tres casos, ya que
- reduce la inflamación;
- es calmante;
- y estimula la formación de las células del cartílago.
Se ha demostrado en muchos estudios que la metionina tiene también este efecto en los pacientes con artrosis y lo más importante: no tiene efectos secundarios.
La arginina favorece la formación del hueso Además, la osteoporosis es una de las enfermedades clásicas relacionadas con la edad, y que padecen con más frecuencia las mujeres. La pérdida de masa ósea disminuye su densidad, debido a una acelerada descomposición. Estos pacientes tienen mayores probabilidades de padecer fracturas óseas en todo el esqueleto. El aminoácido arginina es un componente esencial para la formación ósea, ya que, por ejemplo, forma parte de la estructura del colágeno. El colágeno es una proteína cuyo componente esencial se encuentra en varios tejidos conectivos, como por ejemplo el cartílago y el hueso. Además, la arginina favorece el crecimiento de los osteoblastos, que a su vez participan en el desarrollo y crecimiento de los huesos. La falta de arginina, especialmente en las mujeres mayores, puede ser la principal causa de osteoporosis, tal como quedó demostrado en un estudio realizado en el año 2002. Otro estudio italiano del año 2003 demuestra además que la arginina, en combinación con otros aminoácidos, estimula el crecimiento de los osteoblastos y promueve su división. Los expertos recomiendan, por este motivo, que en cualquier tratamiento de la osteoporosis o artrosis se administren aminoácidos. Especialmente, porque la arginina también inhibe las células osteoclásticas, que degradan y reabsorben el hueso.
Las vitaminas y los minerales son importantes Las vitaminas y los minerales, junto a los aminoácidos y algunas vitaminas, son importantes para las articulaciones. La vitamina C en el cuerpo es igualmente importante al participar en la síntesis del cortisol. El cortisol inhibe en la artrosis los típicos procesos inflamatorios en las articulaciones y también es importante para la regeneración del cartílago. La vitamina B6 y el magnesio son importantes nutrientes para las articulaciones, ya que proporcionan una efectiva protección contra los radicales libres. Los radicales libres son unos compuestos agresivos que surgen ante determinados procesos metabólicos en el cuerpo. Se propagan y extienden en el cartílago articular y, por lo tanto, aceleran su descomposición. Este efecto negativo de los radicales libres puede también ser causado por otros radicales que reducen la vitamina C, el selenio y el zinc. El calcio es un mineral fundamental para la formación de todos los huesos. Una buena fuente de calcio son los productos lácteos como la leche, el queso o el yogur. Lo que es importante es que el calcio ingerido puede ser utilizado de manera óptima. Esto dependerá de la cantidad de vitamina D que tengamos a disposición en el
La vitamina D es importante para el mejor aprovechamiento del calcio Durante el verano, basta con estar durante 30 minutos a la intemperie para cubrir nuestra necesidad de vitamina D. La piel se activa por la luz del sol y los precursores de luz, la radiación UV (ultravioletas) y la vitamina D – la llamada pre-vitamina D3 (pre-vitamina es un precursor a partir del cual se produce la vitamina). Para que esta media hora sea suficiente para adquirir la citada vitamina es importante, sin embargo, que la cara y los brazos están libres de ropa y exenta de filtro solar. En muchas zonas y países de Europa durante los meses de invierno la energía solar no es suficiente, sin embargo, para producir, en combinación con la nutrición, la adecuada ingesta de vitamina D. Por lo tanto, especialmente en zonas con poco sol es recomendable tomar pastillas o cápsulas de vitamina D en forma de suplementos dietéticos. Hasta la fecha, se suponía que un suplemento diario de 5-10 microgramos µg era suficiente. Según los últimos estudios, estos indican que una toma diaria de 15-20 µg es esencial para el cuerpo humano. Esto puede ser especialmente importante en personas mayores, ya que su piel, la pre-vitamina D3 es producida solo en un pequeño porcentaje. Además, en este grupo de edad, el riñón e hígado generalmente tienen muchos más problemas a la hora de procesar el calcio. Por lo tanto, tienen una necesidad adicional de vitamina D. Esto quedó probado por un estudio del año 2006: Durante un período de 3 años, a los sujetos les fueron regularmente suministrada vitamina D3 (colecalciferol). Los resultados mostraron que la probabilidad de una rotura en una caída había disminuido hasta en un 65 por ciento entre los sujetos.