Los emulsionantes que se añaden a los alimentos parecen causar cáncer colorrectal

Cada año se diagnostican en nuestro país en torno a 33.000 nuevos casos de cáncer colorrectal, el tipo de tumor más frecuente entre la población española combinando ambos sexos –supone cerca del 15% de todos los diagnósticos oncológicos– y el segundo en mortalidad –tras el cáncer de pulmón– con cerca de 15.000 fallecimientos anuales. Un tumor cuyo riesgo de desarrollo, según alertó el pasado año un controvertido informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aumenta con el consumo de carne procesada y, ‘probablemente’, con el de carne roja. Pero parece que la relación entre el cáncer colorrectal y la comida no acaba ahí. Y es que según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Georgia en Atlanta (EE.UU.), los emulsionantes que se añaden a muchos alimentos también incrementan la probabilidad de padecer este tipo de tumor.

Los emulsionantes de los alimentos podrían aumentar el riesgo de cáncer 

Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Cancer Research», muestra que los emulsionantes que se añaden a muchos alimentos procesados para mejorar su textura y perdurabilidad pueden alterar la composición de la flora intestinal y, en consecuencia, promover el desarrollo de la inflamación intestinal y del cáncer colorrectal. O así sucede, cuando menos, en modelos animales –ratones.

 

Como explica Emilie Viennois, directora de la investigación, «la incidencia de cáncer colorrectal ha aumentado de forma significativa desde la mitad del pasado siglo XX, y una característica clave de esta enfermedad es la presencia de una microbita intestinal alterada que crea un nicho favorable para la carcinogénesis».

 

Aditivos químicos

Cada vez hay más evidencias sobre la relación entre la flora intestinal y la aparición del cáncer colorrectal. No en vano, la microbiota del intestino juega un papel clave en el desarrollo de la enfermedad de Crohn y de la colitis ulcerosa, esto es, las formas más comunes de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII). Y es bien sabido que la EII promueve el desarrollo de tumores en el tracto colorrectal. De hecho, ni siquiera es necesario llegar a padecer una EII: la denominada ‘inflamación de bajo grado’ es una patología intestinal más prevalente que la EII y asociada con una alteración de la flora intestinal y la enfermedad metabólica que se encuentra presente en muchos de los pacientes con cáncer colorrectal. Y llegados a este punto, ¿qué tienen que ver los emulsionantes en todo esto? Pues según el nuevo estudio, son responsables, cuando menos parcialmente, de la relación entre la inflamación de bajo grado y los tumores colorrectales.

Como indica Benoit Chassaing, co-autor de la investigación, «el incremento dramático de la incidencia de estas enfermedades ha tenido lugar en una situación en la que la genética humana se ha mantenido invariable, lo que sugiere un papel clave de algún factor ambiental».

Pero, ¿cuál puede ser este factor clave? Pues según las sospechas de los autores, el causante de la inflamación de bajo grado en el intestino es el consumo de los emulsionantes que se encuentran en los alimentos procesados. Y es que estos compuestos químicos emulsionan y disuelven las grasas, por lo que actúan como moléculas de detergente capaces de alterar la composición de la flora intestinal, lo que provoca el desarrollo de la inflamación de bajo grado y, en último término, el cáncer colorrectal.

Una característica clave del cáncer colorrectal es una flora intestinal alterada que crea un nicho favorable para la carcinogénesisEmilie Viennois

Con objeto de confirmar, o descartar, sus sospechas, los autores llevaron a cabo un estudio con un modelo animal –ratones– al que alimentaron con dos de los emulsionantes más comunes –polisorbato 80, identificado en las etiquetas de los alimentos como E-433; y carboximetil celulosa, también conocida como ‘carmelosa’– en unas dosis que imitaban el amplio consumo de los numerosos emulsionantes que se encuentran en la mayoría de alimentos procesados.

Los resultados mostraron que el consumo de los emulsionantes modificó drásticamente la composición de las especies bacterianas de la flora intestinal en una forma pro-inflamatoria, creando así un nicho favorable para el desarrollo y proliferación del cáncer. Más concretamente, los emulsionantes favorecieron la expansión de las especies que expresan la proteína flagelina y lipopolisacáridos, responsables de la expresión de genes pro-inflamatorios por el sistema inmune.

 

Flora muy alterada

Finalmente, los investigadores trasplantaron la microbiota de los ratones alimentados con emulsionantes a un grupo de animales que disfrutaron de una comida más natural. Y lo que vieron es que la microbiota intestinal de los receptores también cambió hacia una forma pro-inflamatoria, lo que confirma el papel de esta flora en la carcinogénesis.

 

En definitiva, el estudio demuestra que los cambios en el microbioma intestinal provocados por los emulsionantes son suficientes, así como necesarios, para alterar la homeostasis de las células epiteliales intestinales, grupo de células que se cree que dirigen el desarrollo tumoral.

Por todo ello, los autores están llevando a cabo en la actualidad un nuevo estudio para identificar a las especies bacterianas responsables que promueven el cambio en la microbiota y los mecanismos por los que la flora alterada promueve la carcinogénesis.

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