Centrándonos en el tema de la restauración colectiva, existen una serie de puntos básicos a seguir, a la hora de diseñar un menú escolar, entre los que destacan los siguientes: · La base de la alimentación deben ser los alimentos de origen vegetal: – Arroz, pasta, legumbres, sopas, hortalizas (como primer plato) – Ensaladas variadas u hortalizas (como guarnición de los segundos platos) – Frutas (como postre) · Se debe priorizar el consumo de pescado frente al de carne o huevos · Se debe fomentar el consumo de pan en las comidas, incluyendo el pan integral · Servir agua en las comidas · El aceite de oliva debe ser él de elección para cocinar, aliñar y freir · Se debe moderar el uso de sal en los platos y se elegirá sal yodada, cuando las autoridades sanitarias de la zona, así lo aconsejen (en Ministerio de Sanidad Español sí aconseja su consumo en la población española, siempre insistiendo en que no debemos abusar del consumo de sal). · Los zumos de frutas se deben utilizar sólo de forma ocasional · Utilizar los lácteos como complemento (ej: yogur o un vaso de leche tras la comida), pero nunca como sustitutos de las frutas · El tamaño de la ración debe estar de acuerdo con las necesidades del niño y se debe intentar que la consuma en su totalidad evitando que seleccione solo lo que le guste · Dentro de la labor educativa del comedor, ni que decir tiene que el menú escolar debe contemplar la variedad, incluyendo no solo alimentos de todos los grupos, sino alimentos diferentes dentro cada grupo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta, que algunos aspectos pueden volverse en nuestra contra a la hora de llevar a cabo la educación alimentaria-nutricional. Por un lado, el consumo de snacks, golosinas, bollería y refrescos (presentes en maquinas y cafeterías en algunos colegios y en sus alrededores), puede dificultar la aceptación del menú por parte del escolar, por ello es importante mentalizar a los escolares (y a los padres) de que se trata de alimentos con alto valor energético y baja densidad de nutrientes, y sólo su consumo ocasional y moderado es aceptable dentro de una alimentación equilibrada.
Por otro lado, se debe animar al escolar a la práctica de ejercicio físico, así como a moderar las horas que pasa delante del televisor, que además de fomentar el sedentarismo, influye negativamente (mediante la publicidad) en la educación alimentaria-nutricional.