Nutrición en el adulto mayor – Requerimiento de agua y electrólitos

Es fundamental que los adultos mayores reciban una ingesta adecuada de agua y electrolitos para mantener una hidratación óptima, porque pueden ser más susceptibles a la deshidratación.

Consumo de agua: Se recomienda que los adultos mayores consuman al menos 8 vasos de agua al día, lo que equivale a aproximadamente 2 litros. Sin embargo, las necesidades individuales pueden variar según factores como el clima, la actividad física y las condiciones de salud. Algunas personas pueden necesitar más agua, especialmente si están expuestas a altas temperaturas o realizan ejercicio intenso.

Ingesta de electrolitos: Los electrolitos, como el sodio, el potasio y el magnesio, son minerales clave que desempeñan un papel importante en la regulación del equilibrio de líquidos y la función muscular. En general, una dieta equilibrada que incluya una variedad de alimentos frescos y enteros proporcionará una cantidad adecuada de electrolitos. Sin embargo, en ciertas circunstancias, puede ser necesario reponer los electrolitos perdidos a través de bebidas deportivas o alimentos ricos en electrolitos, como plátanos (potasio) y nueces (magnesio).

Monitoreo de la ingesta de sodio: A medida que las personas envejecen, se les recomienda reducir la ingesta de sodio para ayudar a controlar la presión arterial y prevenir enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio, ya que la ingesta insuficiente de sodio también puede ser problemática, especialmente para los adultos mayores que pueden experimentar pérdidas de sodio debido a ciertas condiciones médicas o medicamentos.

Vigilancia de la hidratación: Es importante que los adultos mayores estén atentos a los signos de deshidratación, que pueden incluir sed extrema, sequedad en la boca, piel seca, confusión, fatiga y mareos. Si se experimentan estos síntomas, es importante aumentar la ingesta de líquidos y, si es necesario, buscar atención médica.

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