¿Por qué el niño no come?

Este problema es especialmente frecuente en niños de edad preescolar, por lo tanto las siguientes líneas se analizaran desde ese enfoque. La falta de apetito es más bien una conducta relacionada a malos hábitos de alimentación y características propias de la edad, no obstante en algunos casos la anorexia puede ser resultado de un proceso patológico coexistente.

En el primer caso las causas inherentes del problema son: Hábitos de alimentación – Muchas veces el problema radica en la ingestión de alimentos inadecuados, una dieta alta en hidratos de carbono (azúcares) que producen saciedad y que por lo general es baja en frutas y verduras. – Ingestión de alimentos de alta densidad energética como compensación o justo antes de las comidas principales puede causar pérdida de apetito en el niño y evitar el consumo de las comidas que aportan nutrimentos necesarios para su desarrollo. Es común observar a media mañana que los niños acuden a las tiendas de la esquina y adquieren frituras de maíz o papas fritas y/o un refresco embotellado. Es importante recordar que el tamaño del estómago del niño es mucho menor que el de un adulto, por lo que con pequeñas cantidades puede quedar saciado y no tener hambre para las comidas importantes. Características del grupo etáreo – Durante la edad preescolar ocurre una disminución en la tasa de crecimiento, es decir durante el primer año de vida el niño triplica su peso y duplica su estatura, sin embargo entre los 3 y 6 años de edad el niño solo incrementa 2 kg y 6 cm por año. Esta disminución en el crecimiento tiene como consecuencia la merma del apetito, que se observa con frecuencia en los niños de esta edad. – El niño de uno a seis años centra su interés en socializar más que en alimentarse.

En ocasiones se encuentra tan absorto con el juego que se olvida de comer, lo que aunado al apetito escaso de la edad, origina problemas. Los procesos que merman la ingestión de alimentos del niño, ya sean fisiológicos, sociales o culturales suelen afectar el suministro adecuado y suficiente de micronutrimentos y macronutrimentos, lo que a la larga puede contribuir a deficiencias específicas de nutrimentos indispensables en esta población. Aunado a esto debemos tomar en cuenta que los niños en edad preescolar son una población susceptible a la deficiencia de ciertos minerales, entre los más importantes se encuentra el hierro que manifiesta su deficiencia como anemia ferropénica.

Se debe tener en cuenta que un peso adecuado no siempre es sinónimo de una alimentación correcta; por tal motivo, es conveniente siempre que como padres analice la calidad de la alimentación de su hijo y observar detalladamente si no ingiere alimentos “chatarra” al salir de clases o durante que pudieran estar entorpeciendo su alimentación.

 

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