El modelo de regulación del balance energético y adiposidad por el sistema nervioso central (SNC) es una perspectiva que describe cómo el cerebro, especialmente el hipotálamo, juega un papel central en controlar la ingesta de alimentos y el gasto energético para mantener un equilibrio en la cantidad de energía almacenada en forma de grasa corporal.
Receptores y Señalización Hormonal:
El hipotálamo, una región del cerebro clave en esta regulación, contiene varios núcleos que están involucrados en la regulación del apetito y la saciedad. Se detectan señales hormonales periféricas, como la leptina (producida por las células grasas) y la grelina (producida en el estómago), que informan al cerebro sobre el estado energético del cuerpo.
Leptina y Grelina:
La leptina actúa como una señal de saciedad, indicando al cerebro que hay suficientes reservas de grasa. Su presencia inhibe el apetito y estimula el gasto energético. La grelina, por otro lado, es conocida como la «hormona del hambre». Su liberación aumenta antes de las comidas, señalando al cerebro que es hora de comer.
Señalización Neuronal:
La información de estas hormonas y otras señales periféricas es integrada por neuronas en el hipotálamo, que luego envían señales para modular la ingesta de alimentos y el gasto energético. Hay áreas específicas en el hipotálamo, como el núcleo arcuato y el núcleo ventromedial, que desempeñan funciones cruciales en la regulación del apetito y el metabolismo.
Sensibilidad a la Insulina:
La insulina, una hormona relacionada con el metabolismo de la glucosa, también influye en la regulación del apetito y la acumulación de grasa. La resistencia a la insulina puede afectar negativamente la señalización del cerebro sobre la saciedad.
Adiposidad y Retroalimentación:
El nivel de adiposidad (cantidad de grasa corporal) afecta la producción de leptina. A medida que la adiposidad aumenta, se libera más leptina, lo que debería suprimir el apetito y estimular el gasto energético. Sin embargo, en situaciones de resistencia a la leptina, el sistema puede volverse menos sensible a estas señales, contribuyendo al desarrollo de la obesidad.
Respuesta a Señales Ambientales:
El ambiente, incluyendo factores como el acceso a alimentos, el estrés y las señales sociales, también puede modular la regulación del balance energético a través de sus efectos en la actividad cerebral y la respuesta hormonal.