Tejido Adiposo

Dra. Silvia Morfín

Tradicionalmente, el tejido adiposo fue visto como el sitio de almacenamiento de energía en forma de triglicéridos (TAG) durante la alimentación y liberador de ácidos grasos durante el ayuno para proporcionar combustible a otros tejidos. Sin embargo, hoy es evidente que tiene funciones fisiológicas importantes, secretando numerosas proteínas, la cuales participan en la regulación autócrina y parácrina dentro del propio tejido y además tienen efectos en la función de órganos distantes, tales como el músculo, páncreas, hígado y cerebro. Por lo tanto, se reconoce que el tejido adiposo, especialmente el visceral funciona como un órgano mayor endócrino. Estos nuevos conocimientos tienen implicancias importantes para entender la relación fisiopatológica entre el exceso de grasa del cuerpo y los estados patológicos, tales como la resistencia a la insulina y diabetes mellitus, solo por nombrar algunas.

El tejido adiposo está formado por células adiposas (adipocitos) y un componente estromático/vascular en el que residen los preadipocitos. Los adipocitos, con un tamaño de 10 a 200 micras, son células redondeadas que contienen una vacuola lipídica que representa el 95% del peso celular y que desplaza al resto de las organelas hacia la periferia,no es sólo un órgano diseñado para almacenar el exceso de pasivo de carbono en forma de ácidos grasos esterificados a glicerol (triglicéridos). El crecimiento acelerado del tejido adiposo e hipertrofia de células de grasas durante el inicio de la obesidad precede a la disfunción de los adipocitos.Los adipocitos maduros sintetizan y secretan numerosas enzimas, factores de crecimiento, citoquinas y hormonas que participan en la homeostasis de la energía en general. Muchos de los factores que influyen en la adipogénesis también están involucrados en diversos procesos en el cuerpo, incluyendo la homeostasis de los lípidos y las respuestas en la modulación de la inflamación. Además, un número de proteínas secretadas por los adipocitos juega un papel importante en estos mismos procesos. De hecho, la evidencia reciente ha demostrado que hay muchos factores secretados por los adipocitos son pro-inflamatorias mediadores y estas proteínas se han denominado adipocitoquinas o adipocinas.

Actualmente hay más de 50 diferentes adipocinas reconocidas como secretadas a partir del tejido adiposo. Una de las características de la disfunción del adipocito es la secreción desregulada de adipoquinas, lo que lleva a un desequilibrio de la pro-inflamatorios, pro-aterogénico frente, adipoquinas antiinflamatorios sensibilizantes a la insulina. Estas adipocinas están implicadas en la modulación de una serie de respuestas fisiológicas que a nivel mundial incluye el control del apetito y balance de energía. Procesos metabólicos específicos regulados por el tejido adiposo son metabolismo de los lípidos, homeostasis de la glucosa, la inflamación, angiogénesis, hemostasis y la presión arterial. Las adipocinas son proteínas farmacológicamente activas, de bajo peso molecular que ejercen funciones pleiotrópicas a través de varias vías metabólicas. Alrededor del siglo 20 varios mecanismos moleculares arrojan luz sobre la importancia de adipoquinas en el sistema humano. En los mamíferos existen dos tipos de tejido adiposo, el tejido adiposo blanco y el tejido adiposo pardo o marrón. El tejido adiposo blanco WAT (siglas en Inglés “white adipose tissue”) o también llamado unilocular, porque los lípidos se almacenan en un solo compartimento (locus) en el interior de las células, como una gran gota citoplasmática.

El tejido adiposo blanco (WAT) es el centro del escenario en el balance energético y la investigación de la obesidad, y hay tres razones principales: (1) es el órgano que define la obesidad, (2) es la fuente de una señal endocrina crítica en el control del peso corporal; (3) segrega una gama de diversos factores de proteínas, denominada adipoquinas, algunos de los cuales están implicados directamente en las patologías asociadas con la obesidad. WAT es ahora reconocido como un órgano endocrino clave y la comunicación tanto con el cerebro y los tejidos se hace periféricos a través de las adipoquinas. Dependiendo de su localización WAT cumple funciones especializadas. El WAT asociados con los órganos abdominales y torácicos (excluyendo el corazón), la llamada grasa visceral, segrega varias citoquinas inflamatorias y, por tanto involucrados en los procesos inflamatorios locales y sistémicos. WAT asociado con músculo esquelético segrega ácidos grasos libres, la interleucina-6 (IL-6) y el tumor el factor de necrosis α (TNFα) y, en consecuencia juega un papel importante en el desarrollo de resistencia a la insulina. Además de los depósitos viscerales y subcutáneos, WAT también se encuentra en las inmediaciones de los vasos sanguíneos (tejido adiposo perivascular), donde se segrega citocinas como interleucina-1, factor de necrosis tumoral alfa, quimiocinas pro-aterogénicas, y péptidos pro-angiogénicos.

Estos factores parecen contribuir directamente a alteraciones de la función y la estructura de la pared vascular, incluyendo la inflamación crónica, alteraciones del tono vascular, proliferación de células del músculo liso, neo-angiogénesis y por lo tanto al desarrollo de la aterosclerosis y las complicaciones cardiovasculares. El tejido adiposo marrón, BAT (siglas en Inglés; Brown adipose tissue) es el tejido adiposo especializado. Su morfología específica, inervación, vascularización y la ubicación en el cuerpo, así como su papel fisiológico único en la termogénesis regulable, destacan su peculiaridad. Es ampliamente aceptado que los seres humanos recién nacidos se proporcionan con el tejido adiposo marrón (BAT) y que los humanos adultos carecen, o tienen sólo una pequeña cantidad, de la misma. Por lo tanto se debate el papel fisiológico de BAT en los seres humanos. BAT es llamado así porque es de color oscuro debido a la alta densidad de mitocondrias ricas en citocromos. BAT se especializa en la producción de calor y oxidación de lípidos.

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