El diagnóstico de la anorexia nerviosa se basa en criterios específicos establecidos en los sistemas de clasificación diagnóstica, como el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Los principales criterios para el diagnóstico de la anorexia nerviosa incluyen:
Restricción de la ingesta de alimentos: La persona se embarca en una restricción significativa de la ingesta de alimentos, lo que conduce a un peso corporal significativamente bajo en relación con la edad, el sexo, el desarrollo físico y la salud física.
Miedo intenso a ganar peso o volverse obeso: Existe un miedo persistente e irracional a ganar peso o convertirse en obeso, incluso cuando la persona está significativamente por debajo de su peso saludable.
Distorsión de la imagen corporal: La percepción de la propia imagen corporal está distorsionada, y la persona se ve a sí misma como gorda a pesar de estar extremadamente delgada.
Además de estos criterios principales, se pueden observar otros síntomas y comportamientos asociados, como:
- Amenorrea en mujeres: La ausencia de al menos tres ciclos menstruales consecutivos en mujeres que han alcanzado la pubertad es común en la anorexia nerviosa, aunque no es un criterio obligatorio para el diagnóstico.
- Preocupación excesiva por la comida, la dieta y el peso: La persona puede tener pensamientos obsesivos sobre la comida, contar calorías de manera obsesiva, evitar ciertos alimentos o mostrar comportamientos ritualizados relacionados con la comida.
- Cambios físicos: Puede haber una pérdida significativa de peso, debilidad muscular, fatiga, intolerancia al frío, alteraciones en la piel y problemas en el sistema cardiovascular.
- Comportamientos de ejercicio excesivo: Algunas personas con anorexia nerviosa pueden comprometerse en un ejercicio extenuante como parte de su intento de perder peso.