El matrimonio que se animó a novelar los conflictos de pareja

Los vínculos amorosos nunca son fáciles. Más allá del cariño, la vida en común acarrea dificultades, y muchos matrimonios necesitan ayuda de un profesional para encontrar una solución, ya sea a través de la aceptación de la diferencia o de la separación definitiva de la forma menos dolorosa.

La convivencia puede desgastar, y más cuando se comparten proyectos. Es por eso que se puede afirmar que el escritor y director de cine Daniel Cherniavsky y la psicoanalista y terapeuta de pareja y familia Magdalena Ramos se aventuraron en un proyecto por demás valiente: escribieron un libro sobre los principales conflictos conyugales siendo ellos marido y mujer. El resultado fue Chocolate amargo. La novela de las parejas, un texto que de manera ficcional refleja los problemas amorosos.

Periodista: ¿Cómo fue la experiencia de que una pareja escriba de a dos un libro sobre parejas? ¿Hubo encuentros y desencuentros?

Magdalena Ramos: No fue un proceso fácil. Muchas veces no me sentía representada en lo que Daniel escribía.

Daniel Cherniavsky: En la página final, después que termina la novela, declaramos ambos lo que llamamos “inventario final” y que creo resume la respuesta. Escribimos: “Durante largos años conseguimos sobrellevar las vicisitudes que presuponen, por ejemplo, construir una casa, reformar otra, atender cotidianamente las hazañas domésticas, educar a los hijos (los propios y los del otro), sustentar el hogar, sufrir un exilio, asumir los riesgos que implica decidir todo aquello en que no coincidimos y principalmente, sí, principalmente, engendrar un libro a cuatro manos y dos sexos”.

P.: ¿Se puede considerar que este libro, además de una novela, es terapeútico? ¿Por qué? ¿Quiénes pueden beneficiarse?

D.C.: Quién opinó que Chocolate Amargo es un libro terapéutico fue la psicoanalista Janine Puget, reconocida en el mundo entero por su trayectoria como terapeuta de pareja. La novela es terapéutica porque durante los cuatro días de vacaciones en que tres parejas permanecen “enclaustradas” en una isla por causa de una lluvia permanente, se dedican a relatar entre sí sus amargas peripecias conyugales motivadas por la vida en común. Una de las tres esposas es psicóloga y durante los accidentados cuatro días ensaya sus interpretaciones. Como las situaciones vividas fueron noveladas, el libro, de una manera amena, permite a los lectores entender y “vivenciar” sus propios conflictos, casi siempre motivados por la convivencia.

M.R.: Podemos pensar que es terapéutico en la medida que las personas se puedan identificar y las pueda hacer reflexionar sobre sus conflictos.

P.: ¿Cómo surgió la inquietud de escribir Chocolate amargo?

M.R.: Hace 40 años que trabajo con parejas y quería poder colaborar con el libro.

D.C: Inevitablemente, Magdalena comenta casos de sus pacientes, sin revelar sus identidades. Nuestra vida en común está repleta de “historias psi”. Cierto día, se me ocurrió novelar los conflictos más tradicionales y convertir un libro, que por su tema podría parecer “académico”, en una novela atractiva pero que ayudase a los lectores a verse reflejados en el texto y quizás, comprender sus tendencias contradictorias en el difícil arte de convivir.                    

P.: En la contratapa dice que este libro puede ir en el estante de las novelas como en el de libros científicos. ¿Cuánto tiene de cada cosa?

D.C.: Con todo respeto por la prologuista, me parece excesivo considerar mi novela un “libro científico” aunque entiendo que tanto ella como muchos lectores se sintieron sorprendidos con las últimas veintidós páginas del libro, donde desarrollamos con Magdalena una investigación con estadísticas de diferentes países sobre los prejuicios en el casamiento, la sexualidad, la relación entre padres e hijos, por qué ciertos viudos, separados y solteros no quieren casarse, consecuencias físicas y psíquicas del adulterio y otros temas cuyos efectos en la vida en común son poco conocidos. En mi opinión son 255 páginas de ficción con conflictos novelados y 22 páginas de “ciencia”.

P.: ¿Magdalena, existen claves para un matrimonio feliz? ¿Por qué sufren las parejas?

M.R.: No existe un manual de instrucciones. Cada pareja encuentra o no su felicidad. Y sufren porque si lo pensamos, es mucho más fácil vivir solo. El estar en pareja exige generosidad, desprendimiento, pensar y respetar las necesidades del otro. Las decisiones tienen que ser compartidas y los dos se tienen que sentir representados, y eso no es fácil.

P.: ¿Cuáles son los principales conflictos de a dos y cuándo es la hora de terminar un vínculo?

M.R.: Cuando la pareja no tiene diálogo, cuando existen dificultades sexuales, cuando discuten por el poder. Y es conveniente separarse cuando los dos piensan que el vínculo está desgastado, cuando tienen más obligaciones que gratificaciones en la vida de convivencia y cuando perdieron la confianza o el respeto.

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