Por Nurih Gonzalez Caballero
Aunque casi nunca se las toma en cuenta a la hora de diseñar una alimentación saludable, las bebidas son una parte muy importante de la alimentación diaria. Resultan igual de indispensables para el mantenimiento de las funciones corporales que los alimentos sólidos. Es necesario beber entre 2 y 3 litros de líquidos por día, para lubricar el sistema digestivo y facilitar la digestión. Alrededor de un litro se obtiene por medio de los alimentos: evitar los productos muy procesados y reemplazarlos por Alimentos naturales, muy acuosos resulta, así esencial para cumplir con los requerimientos diarios de nuestro cuerpo. El litro, o dos litros restantes debe ingerirse a través de las bebidas. Pero al igual que los alimentos, lo importante no es solamente cuanto se bebe, sino QUE se bebe. Cada tipo de bebida tiene efectos muy distintos de los demás y su consumo recomendado difiere enormemente.
AGUA. Según cual sea su fuente, el agua mineral natural contiene cantidades distintas de minerales y oligoelementos. Pero de cualquier manera es una excelente bebida para saciar la sed en forma natural, siempre que tenga un bajo contenido de sal. El agua potable, también, posee diversos, nutrientes según cuales sean los procesos de purificación y potabilización a los que se la somete.
BEBIDAS ALCOHOLICAS. Ningún tipo de vino, licor o cerveza quita la sed ni posee nutrientes importantes. Los efectos nocivos del alcohol sobre el cuerpo son muchos, haciendo, así, importante que su consumo sea muy moderado y cuidado. Debido a que para procesarlo el cuerpo consume mucho líquido, es bueno beber mucha agua junto con este tipo de bebidas.
BEBIDAS COLAS. Además de cafeína, estas bebidas contienen anhídrido carbónico, colorante y aditivos artificiales, por lo que su consumo debe reducirse en extremo. No proveen al organismo de ningún nutriente esencial, y la única manera de saciar la sed con ellas es bebiendo muy poca cantidad.
INFUSIONES. Tanto el café como el té son estimulantes del sistema nervioso, por lo que es muy importante beberlos con moderación. Como ayudan a dar energía y a levantar el ánimo, no es necesario eliminar su consumo totalmente, sino reducirlo cuando es excesivo: el máximo recomendado es de dos o tres tazas por día. Cuando se sobrepasa esta marca, aumenta la acidez del estómago y se pueden producir lesiones en la mucosa gástrica, en el caso del café, o cierta paralización gastrointestinal con efectos astringentes, en el caso del té. Las infusiones más saludables son las de frutas y hierbas, que además quitan la sed.
JUGOS DE FRUTAS. La única forma en que pueden quitar la sed es cuando no son ni concentrados ni artificiales y están elaborados con una proporción de dos partes de agua por cada una de jugo. Es importante que siempre sean de la mejor calidad, estén preparados con frutas frescas, preferentemente en forma casera, y carezcan de azúcar.