La vitamina D juega un papel vital en el organismo, fundamentalmente a través de la regulación de los niveles de calcio y fósforo. Tal es así que la deficiencia en
esta vitamina, como ya han constatado numerosos estudios, aumenta, y mucho, el riesgo de padecer distintas enfermedades, caso de la esclerosis múltiple, de la migraña, de la diabetes y de diversos tipos de cáncer. Entonces, y más allá de fortalecer nuestros huesos, ¿unos niveles adecuados o, incluso, ligeramente elevados de vitamina D podrían ayudar a combatir el cáncer? Pues parece que sí, cuando menos en el cáncer de mama. Y es que como muestra un estudio dirigido por investigadores del Instituto Oncológico Roswell Park en Búfalo (EE.UU.), los niveles en sangre de vitamina D parecen condicionar la supervivencia de las pacientes tras el diagnóstico de este tumor.
Como explica Lawrence H. Kushi, co-autor de esta investigación publicada en la revista «JAMA Oncology», «en nuestro trabajo hemos observado que las pacientes con los niveles más altos de vitamina D tienen una probabilidad de supervivencia casi un 30% mayor que aquellas que presentan los niveles más bajos».
Mayor supervivencia
En el estudio, los autores analizaron la posible relación entre los niveles de vitamina D en sangre y el pronóstico del tumor en 1.666 mujeres diagnosticadas de cáncer de mama en fase avanzada a las que se les habían tomado muestras sanguíneas en 2006 con motivo de su inclusión en el ‘Pathways Study’ –un ensayo clínico sobre supervivencia en el cáncer de mama desarrollado entre los años 2006 y 2007.
Los resultados mostraron que las pacientes incluidas en el tercil con mayores niveles plasmáticos de vitamina D –o más exactamente, de 25-hidroxi vitamina D o ‘25(OH)D’– tenían una probabilidad de supervivencia mucho más elevada a los siete años –cerca de un 30% superior– que aquellas en el tercil con los niveles vitamínicos más bajos.
Creemos que la vitamina D promueve el desarrollo normal de las células de la mama e inhibe y promueve la muerte de las células tumoralesSong Yao
Es más; concluido el promedio de siete años de seguimiento, las mujeres premenopáusicas en el tercil con los mayores niveles de 25(OH)D –esto es, el 33,3% de las participantes con las cantidades más elevadas de vitamina en sangre– mostraron una mejora en los índices de supervivencia específica para el cáncer de mama –un 63% superior–, de supervivencia libre de recurrencia –un 48% mayor– y de supervivencia libre de enfermedad invasiva –un 42% superior.
Y estos beneficios asociados a la vitamina D, ¿cómo se explican? Pues como reconocen los propios autores, aún no se sabe. Sin embargo, como refiere Song Yao, director de la investigación, «si bien no conocemos bien los mecanismos por los que la vitamina D influye sobre el pronóstico del cáncer de mama, creemos de podría deberse al papel que juega la vitamina tanto en la promoción de un desarrollo normal de las células de la mama como en la inhibición de la reproducción y promoción de la muerte de las células tumorales».
Vitamina esencial
Los beneficios asociados a la vitamina D fueron independientes de otros factores de riesgo del cáncer de mama, caso de la edad, la etnia, la obesidad y el nivel socioeconómico. Sin embargo, los autores no descartan que pudiera haber otros factores que pudieran haber influido en los resultados, por los piden que sus resultados sean interpretados con precaución. De hecho, debe tenerse en cuenta que el estudio es del tipo observacional, por lo que no pueden extraerse conclusiones del tipo ‘causa y efecto’.
Sea como fuere, apunta Song Yao, «nuestros resultados ofrecen una evidencia de la asociación inversa entre los niveles de vitamina D y la progresión y muerte en el cáncer de mama».
Como concluye Lawrence Kushi, «cuanto más sabemos acerca de la vitamina D, mejor comprendemos el papel clave que puede jugar en la prevención y pronóstico del cáncer. Nuestro trabajo refuerza las evidencias que muestran que la vitamina D es un nutriente muy importante».