Comparados con el típico patrón occidental, caracterizado por su alto contenido en carbohidratos refinados, azúcares, grasas saturadas, sal y alimentos altamente procesados, los diversos patrones alimenticios saludables han demostrado ser efectivos en el tratamiento de enfermedades metabólicas, incluida la enfermedad renal crónica.
Es importante destacar que no existe un porcentaje de macronutrientes ideal universal para los seres humanos, lo que subraya nuestra naturaleza omnívora y la capacidad de nuestro cuerpo para regular diferentes aportes de estos componentes a través de su vasta homeostasis.
En la actualidad, se ha evolucionado hacia un enfoque más holístico en el campo de la nutrición. Se considera que no se trata tanto de analizar los macronutrientes de forma aislada, sino de evaluar los alimentos en su totalidad, teniendo en cuenta las combinaciones y proporciones de nutrientes que ofrecen. Estos alimentos forman una especie de matriz alimentaria, donde los diversos nutrientes interactúan y modulan sus efectos sobre la salud y la enfermedad.
Es importante tener en cuenta que todos los patrones alimenticios saludables pueden presentar deficiencias en algún macronutriente específico. Por ejemplo, en los patrones Mediterráneo y vegano, el contenido relativamente bajo de proteínas, que ronda el 10%, podría explicar algunos de los beneficios observados en el tratamiento de la enfermedad renal crónica. Sin embargo, es fundamental evaluar estos patrones en su totalidad y considerar cómo interactúan los diferentes nutrientes para promover la salud y prevenir enfermedades.