NUTRICION PARA EL HIPOTIROIDISMO

Existe hipotiroidismo cuando se produce una disminución de producción de hormonas tiroideas. El hipotiroidismo suele acompañarse de fatiga, cansancio, caída del cabello, somnolencia y, aunque no existe una relación causa-efecto demostrada, sobrepeso u obesidad. El tratamiento del hipotiroidismo consiste en la administración de hormonas tiroideas por vía oral, y debe ser controlado periódicamente por el médico endocrino. En estos casos, es imprescindible realizar una alimentación equilibrada y variada, es decir que cada día se ha de comer alimentos de todos los grupos: lácteos, verdura cruda o cocida, fruta, alimentos proteicos (carne, pescado y huevos), cereales y féculas (pan, patatas, arroz, legumbres, pasta, etc.), además de controlar los alimentos grasos (aceites y grasas animales).

  • Se debe realizar 4 o 5 comidas al día poco abundantes y evitar picar entre ellas. Tampoco es conveniente saltarse ninguna comida principal.
  • Es preciso aumentar la actividad física diaria: caminar, usar menos el ascensor y más las escaleras, realizar más trayectos a pie y menos en coche, así como practicar más ejercicio físico de intensidad moderada (caminar rápido, ir en bicicleta, nadar, jugar a fútbol o baloncesto, etc.).
  • Utilizar formas de cocción poco grasas, como la plancha, el horno, el hervido, el microondas, el vapor o el papillote. Evitar fritos, rebozados, guisos, empanados y conservas en aceite.

Se debe evitar alimentos ricos en grasa, azúcares y calorías. Por ejemplo:

  • Embutidos y carnes muy grasas: cordero, vísceras, chuletas, longanizas o hamburguesas industriales, bacon o panceta, morcilla, mortadela, chorizo, foie, etc.
  • Lácteos enteros, incluyendo quesos muy grasos, yogures enteros, derivados lácteos como flanes o mousses, nata o crema de leche…
  • Margarina, mantequilla y manteca de cerdo. Salsas precocinadas.
  • Azúcar blanca y morena, miel, caramelos con azúcar, chocolate con leche, galletas, pasteles, bollería…
  • Bebidas alcohólicas, refrescos azucarados.

En paralelo, es preciso potenciar alimentos ricos en fibra y pobres en grasas. Por ejemplo:

  • Carnes magras, como pollo, ternera, pavo y conejo. Pescado blanco y azul. Huevos (intente consumir entre 3 y 4 unidades por semana).
  • Leche semidesnatada o desnatada; quesos y yogures descremados.
  • Edulcorantes de escaso poder calórico como la sacarina, el aspartamo o la Stevia.
  • Verduras crudas y cocidas.
  • Frutas.
  • Féculas y cereales, en cantidad moderada (pan, pasta, arroz, legumbres, patatas…)
  • Para cocinar y aliñar es preferible utilizar aceite de oliva, sin excederse.
  • Agua, bebidas light, infusiones, vinagre (que no sea de módena), limón y especias.

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